Si utilizas el transporte público, seguramente te sonará eso de “valida tú billete” para viajar de forma segura. Aunque lo evidente es pensar que lo de validar el billete es para certificar que has pagado el precio correspondiente, también es necesario para que el seguro obligatorio de viajeros, te cubra en caso de accidente. No le damos demasiada importancia al hecho de que pagar un billete de tren, autobús o la tarifa de un taxi, incluye un seguro que cubre los daños a los viajeros en caso de que haya un accidente.
Verdaderamente, conocemos poco sobre este seguro en particular. Por ello, hemos consultado a los expertos en materia de seguros de Aragonés & Cemborain, quienes como correduría de seguros, conoce de primera mano este tipo de coberturas obligatoria.
Como todos sabemos, cuando nos desplazamos en nuestros vehículos particulares, estamos asegurados por la póliza que, inevitablemente, tenemos que contratar para poder utilizar el coche. El seguro se corresponderá con las coberturas contratadas y puede cubrir desde los daños del coche hasta las lesiones sufridas por el conductor, el robo o cualquier contingencia que pueda producirse. Lo que siempre cubre un seguro es el daño causado a terceros. Ahí, es donde reside la obligatoriedad y no en los daños propios. Hasta aquí, todo claro. Los sabemos de sobra, sea por méritos propios o por que nos lo han contado. Si has tenido la necesidad de contratar algún seguro de automóvil, sabes perfectamente como funciona. Pero, cuando se trata de viajar en el transporte público, ¿Qué pasa en caso de accidente?
Seguramente no nos planteamos esta cuestión porque contemplamos los accidentes como algo que no afecta al tren, al metro o a ese autobús que te lleva de un lado a otro, con un montón de viajeros más. No reparamos en que es posible que el tren descarrile o el autobús colisione. Los daños pueden ser leves o incluso nulos, pero puede darse una circunstancia de mayor gravedad.
Lo que esta claro es que el uso de transporte público no exime de sufrir daños como pasajero. En caso de accidente en el transporte público, se dan dos tipos principales. El primero, el accidente que produce daños materiales y el segundo, cuando se producen lesiones físicas o incluso, se produce un fallecimiento.
Accidentes en el transporte público y qué hacer ante ellos
Como decimos, existen dos tipos de accidentes que pueden producirse en el transporte público. Cuando solamente se producen daños materiales en los bienes de las personas implicadas, los pasajeros deben permanecer dentro del vehículo en cuestión, hasta que, llegada la autoridad competente, redacte los informes que procedan y considere que no hace falta permanecer en el lugar de los hechos. En el caso de que se produzcan lesiones o algún fallecimiento, hay que llamar, por igual, a la autoridad competente para que se efectúe la investigación oportuna. Además, hay que solicitar el correspondiente parte de daños para poder gestionar la solicitud de reclamación del Seguro Obligatorio de Viajeros, más conocido por sus siglas, SOV o, la compañía de seguros que se haga responsable del accidente.
Ante un accidente en el transporte público, con independencia de la gravedad del mismo, el pasajero del vehículo en cuestión, tiene derecho a ser indemnizado en el caso de que sufra daños o lesiones. No importa el tipo de transporte que sea, autobús, tren o incluso el taxi. Si se produce un percance, lo fundamental es la asistencia médica y obtener el correspondiente parte de lesiones del médico. Si el personal sanitario no puede acceder o personarse en el lugar en el que se ha producido el accidente, es posible acudir al hospital más cercano para solicitar el correspondiente parte de daños. Este documento, es imprescindible para poder llevar a cabo cualquier tipo de acción legal y reclamar las indemnizaciones pertinentes.
El conductor o responsable del medio de transporte que se vea involucrado en el accidente, también debe estar al tanto de la situación de la persona afectada por el accidente y, poder informar a la empresa de transportes para la que trabaja, a la que deberá rendir cuentas y detallar lo sucedido. El propio conductor, debe proporcionar un documento que será muy útil a la hora de avalar la reclamación correspondiente.
Por otro lado, la intervención de las autoridades como la Policía o la Guardia Civil, es fundaméntela. Son los encargados de establecer y determinar las causas del accidente y conocer los hechos que determinen quien es el culpable del mismo. A ellos también se les puede solicitar copia del informe de peritaje, pues muchas compañías de seguros, se guían en primera instancia por los documentos oficiales.
Y, como no podía ser de otra manera, hay que conservar el ticket del viaje o el billete de autobús, según proceda, para acreditar que viajas de forma legal y poder optar al seguro obligatorio de viajeros.
Cobertura de un seguro de transporte público
Evidentemente, un seguro de transporte público, está obligado a cubrir todos los gastos relativos a la asistencia sanitaria necesaria en caso de accidente. Así como a indemnizar a los usuarios que sufran lesiones o fallecimiento (en tal circunstancia, serán los familiares), además de tener que pagar una cantidad diaria durante el tiempo que dure la baja laboral, si se da el caso. Estas indemnizaciones se establecen en un baremo y son variables en función de la edad, la gravedad, la situación laboral o las personas a cargo.
El SOV, es un seguro de accidentes complementario que se “paga” de manera indirecta al adquirir un titulo de transporte, sea el que sea. Todos los vehículos de nueve o más plazas, están obligados a contratarlo, puesto que la finalizad es proteger al usuario de las lesiones que pueden sufrirse a causa de un choque, vuelco, avería o anormalidad que afecte al vehículo.
A diferencia del seguro obligatorio de accidentes que contrata cualquier conductor para su vehículo, el SOV, cubre los riesgos del viajero sin tener en cuenta si el accidente es responsabilidad del conductor o del propietario o un tercero. Este seguro, cubre cualquier contingencia que se produzca durante el trayecto, al acceder al transporte o al salir del mismo, mientras colocas el equipaje o lo recoges, etc. Es decir, las caídas en las escaleras del metro o el autobús, los pasillos de la estación o el andén, también quedan cubiertas.
El seguro obligatorio de viajeros, cubre a todos los pasajeros que viajen en transportes cuyo origen sea cualquier punto del territorio español, con independencia del destino. Además, complementa al seguro obligatorio de accidente, de tal manera que en caso de que se produzca uno y sea culpa del conductor, se tiene derecho a la indemnización por responsabilidad civil y la que corresponda por el seguro de viajeros.
Todos los viajeros, tiene derecho a asistencia sanitaria durante las setenta y dos horas siguientes a que se produzca el accidente y a una indemnización pecuniaria en caso de fallecimiento o incapacidad del asegurado. A diferencia del seguro obligatorio de accidente, el seguro de viajeros no contempla la edad del afectado, ni su situación laboral o personas que tenga a su cargo, establece indemnizaciones fijas en caso de fallecimiento por una cuantía que puede variar cada año. En los casos de invalidez permanente o temporal, se considera el tipo de lesión, en función del baremo de indemnizaciones en el cual las lesiones de menor gravedad, se indemnizan con más de mil euros y las de mayor gravedad, pasan los cuarenta mil.
Hay que saber que este seguro no cubre los daños que se produzcan a consecuencia de una mala actuación por parte del conductor. Es decir, si el conductor provoca o sufre un accidente a consecuencia del consumo de alcohol o estupefacientes o de forma intencionada. En estos casos, los pasajeros tendrán por igual derecho a la asistencia médica o la indemnización correspondiente, pero no será a cuenta del SOV, si no del seguro propio con el que cuente el conductor.
Por lo tanto, cada vez que adquieres un titulo de transporte, un billete de autobús o de tren, debes ser consciente de que no solo pagas por un asiento o trayecto. Estas pagando por tu seguridad y la protección de tus intereses en caso de accidente. Aunque lo mejor es que no pase nada, los accidentes están a la orden del día. Los transportes públicos, no son una excepción como podemos comprobar con frecuencia en las noticias. El que todavía no nos haya tocado de cerca, no quiere decir que seamos inmunes, por lo que no hay que olvidarse de validar el billete pues constituye la prueba fehaciente de que eres viajero en caso de accidente y necesidad de reclamar al seguro.
En resumen, podemos decir que, en caso de accidente en el transporte público, tenemos derecho a asistencia médica e indemnización por lesiones, baja o fallecimiento. También pueden reclamarse bienes materiales. Pero para ello, es necesaria la asistencia sanitaria y el correspondiente parte de lesiones, así como el atestado de las autoridades competentes. El seguro obligatorio de viajeros, es complementario al de responsabilidad civil, lo que aumenta la cobertura de los viajeros. Gracias a estos seguros, viajamos seguros.