Siempre han existido trabajos que se realizaban a distancia, no necesariamente dentro de la propia empresa. Desde periodistas hasta técnicos que recaban datos, han trabajado en numerosas ocasiones, desde la comodidad de su hogar o la incomodidad de las zonas donde recabar esos datos. Es decir, el teletrabajo, tan de moda en los últimos tiempos, no es la novedad que suponemos. Si bien hay que señalar que lo que antes era un trabajo que podía denominarse, a distancia, ahora es trabajar en directo, desde otro lugar, pero conectado. De ahí que se le llame teletrabajo: para su correcto desarrollo, es fundamental e inevitable, el uso de nuevas tecnologías que mantengan conectados a los trabajadores.
Hablando con nuestros amigos de Timenet, expertos en software de registro laboral, entre otros aspectos, hemos descubierto que el teletrabajo se ha estancado durante el pasado año. Aun así, su evolución es imparable y a pesar de ese parón sufrido tan su boom durante la pandemia, las empresas están buscando formulas para llevar a cabo su implementación de forma gradual.
Siendo así, el trabajo normal, ese que te obliga a levantarte para ir a la oficina, esta llegando a su fin. La era del teletrabajo se impone y el trabajo forma, tiende a sufrir una serie de cambios que lo dejarán obsoleto en una gran mayoría de sectores.
La situación actual
En el año dos mil veintiuno, se reguló el teletrabajo en España mediante una normativa que establecía las bases legales para implantar esta modalidad de trabajo en las empresas que así lo requirieran. Como las normas no son lo único necesario para crear un efecto positivo en los trabajadores, es necesario, cumplir con una serie de recomendaciones que aseguren un buen clima laboral en la compañía (aunque cada uno este en su casa, el mal rollo puede extenderse). Un buen entorno laboral va a mejorar la eficiencia y la productividad de los procesos, ese es uno de los aspectos clave de la buena implementación del teletrabajo.
Para entender en que punto se encuentra la implementación del teletrabajo en España, es fundamental conocer alguno de los aspectos clave de esta modalidad. En primer lugar, la empresa, no esta obligada a implantar el teletrabajo y por supuesto, los trabajadores, tampoco están obligados a aceptar el teletrabajo. Se trata de una opción que debe ser acordada por las partes.
El acuerdo al que lleguen empresa y empleado, debe dejar constancia por escrito y las empresas, si están obligadas a facilitar los equipos necesarios para que el trabajador, pueda desempeñar adecuadamente sus funciones.
Hay que tener presente que no es lo mismo teletrabajar que trabajar a distancia. Se trata de conceptos diferentes con un desarrollo diferente.
Para los teletrabajadores hay que asegurar el derecho a la desconexión digital, la igualdad de oportunidades en el desarrollo profesional y el derecho a la formación.
Un dato interesante es que, en España, se teletrabaja una media de quince horas a la semana.
Según los informes que se han llevado a cabo respecto al teletrabajo en España, antes, durante y después de la pandemia, el ochenta y cuatro por cien de la población española, prefiere la modalidad de teletrabajo. Siendo el país con un porcentaje más elevado de trabajadores que prefieren teletrabajar, después de Finlandia y Suecia.
Los datos de los informes, confirman que un treinta y nueve por cien de los que teletrabajan quieren mantener el numero de horas de teletrabajo a la semana (quince), en tanto que el treinta y cinco por cien, quieren aumentar el número de horas y el veintiséis, reducirlas.
Esto quiere decir que la tendencia es al alza y España cuenta con un amplio margen de crecimiento para implantar esta modalidad de empleo. Los obstáculos con los que se encuentra la implementación del teletrabajo y su expansión son dos:
- La naturaleza propia del trabajo. Es decir, el desempeño laboral no puede hacerse a distancia ni mediante nuevas tecnologías. Como por ejemplo sucede en el ámbito sanitario, donde se demanda el teletrabajo, pero a su vez, no puede desarrollarse telemáticamente al cien por cien.
- Las propias empresas no ofrecen la posibilidad de teletrabajar a sus empleados.
Aspectos que derivan del teletrabajo
El desarrollo de esta modalidad laboral, trae consigo otra serie de aspectos que deben evolucionar a la vez que se implementa. De este modo, se fomenta la aparición de una normativa especifica para la modalidad dado que el Estatuto de los Trabajadores no contempla su regularización por ser de reciente aparición.
Cabe señalar que los estatutos y convenios laborales, van modificándose y en ellos, aparecen y se consideran los aspectos relativos al teletrabajo. Entre las nuevas normativas que van surgiendo, se encuentran los derechos y las obligaciones que derivan de la modalidad.
En el plano de los derechos que adquieren los trabajadores a la hora de optar por un teletrabajo, podemos encontrar:
- El derecho a elegir. El teletrabajo es de carácter voluntario y no puede ser obligatorio. Las condiciones deben pactarse entre la empresa y el trabajador.
- Derecho a la formación como cualquier otro empleado que preste sus servicios a la empresa de forma presencial.
- Derecho a la igualdad para el desarrollo de la carrera profesional. No de puede descartar a un empleado para promocionar o ascender dentro de la empresa por el hecho de trabajar desde casa.
- Derecho a la intimidad, con independencia de la tecnología utilizada para el desempeño de sus funciones. Si se requiere el uso de una tecnología especifica para hacer un seguimiento de las tareas, esta debe usarse única y exclusivamente para tal fin.
- Derecho a la desconexión digital. Los empleados que trabajen en esta modalidad, tienen derecho a estar desconectados fuera del horario laboral. Es decir, no existe obligación de estar disponible una vez se finalice la jornada.
- Derecho a revisión y modificación de la modalidad. Aceptar un teletrabajo, no implica su permanencia en dicha modalidad. La situación debe ser reversible y modificable según las necesidades de empresa y empleado.
- Derecho de adaptación de la jornada laboral. Los teletrabajadores tienen el mismo derecho a una reducción de jornada o cualquier otra medida de conciliación que los que trabajan en modalidad presencial.
En lo referente a las obligaciones que debe asumir tanto la empresa como el empleado que teletrabaja, cabe señalar las siguientes:
- El acuerdo de teletrabajar debe estar formalizado por escrito. En este caso no sirve el contrato verbal.
- La empresa esta obligada a facilitar al empleado los equipos necesarios para que pueda desarrollar el teletrabajo. Por tanto, los costes de los mismos, deben correr a cargo de la empresa.
- La empresa no puede obviar la responsabilidad inherente a la prevención de riesgos laborales. Aunque el trabajo se desempeñe desde casa, algunos riesgos y padecimientos no son excluyentes.
- Empresa y trabajador, tienen la obligación de mantener un registro horario bajo las mismas condiciones que en la oficina.
- El teletrabajo, no modifica el salario no los beneficios sociales que puedan existir.
Beneficios derivados de la implementación de teletrabajo
Uno de los puntos fuertes del teletrabajo, es la flexibilidad que aporta al empleado. Eso permite una mejor conciliación laboral y familiar que influye directa y positivamente, en el empleado y el propio entorno laboral. Del mismo, modo que favorece la eficiencia y la productividad.
Para la empresa, la implementación del teletrabajo, ofrece otra serie de beneficios que deben tenerse en consideración antes de negarse a la posibilidad de ofrecer esta modalidad de trabajo. Entre esos beneficios, hay que destacar la mejora en el clima laboral, como ya hemos comentado. Reforzar la confianza de los trabajadores ya que no se sentirán tan vigilados como en la oficina. Una mejor coordinación y comunicación gracias a la tecnología y una buena organización. En muchas ocasiones, queda demostrado que es más efectiva que hacerla in situ.
Para el trabajador, los beneficios y mejoras que ofrece teletrabajar son los ya mencionados, la flexibilidad y la facilidad para conciliar la vida laborar y personal. A esto podemos añadir el ahorro de tiempo en desplazamientos y disminución de los costes asociados a los mismos.
Implementar el teletrabajo en una empresa, conlleva una serie de desafíos que hay afrontar. El principal de esos desafíos es llevar a cabo un traslado en los procesos que se hacen en la oficina al entorno digital para que las funciones puedan seguir desarrollándose con la misma eficiencia.
Para lograr una correcta implementación hay que invertir tiempo en formación para aprender a utilizar las tecnologías asociadas. Gestionar las expectativas de los empleados que no van a poder optar al teletrabajo dada la naturaleza de sus tareas. Evitar la sobrecarga de la comunicación improductiva en los canales virtuales y establecer los sistemas de seguimiento adecuados y no excesivos para asegurar que se cumplen los objetivos.
Al ritmo que se suceden los avances, aunque parezca lejano, el teletrabajo es el futuro que ya esta presente. Salvo los trabajos que necesariamente han de desarrollarse presencialmente, el resto de empleos, acabarán pasando por el aro digital. Tenemos un claro ejemplo en el e-commerce. La tienda virtual, gana terreno a la física. Al final se impondrá y el trabajo, tal y como lo conocemos, llegará a su fin.