Una de las principales actividades económicas que tenemos en España es la que está relacionada con la industria textil, un comercio que se encuentra la altura incluso de otro como lo es el turismo, que es la gran fuente de ingresos de la economía española en los últimos años. Además, España es una potencia en lo que tiene que ver con la industria textil desde hace siglos, concretamente desde que la Revolución Industrial cambiase para siempre el modo de trabajar de los obreros en las grandes fábricas. Desde entonces hasta ahora, España nunca ha dejado de lado a su industria textil.
Esta industria ha sido el campo perfecto para el emprendimiento de muchas personas que han visto posibilidades de crecer económicamente gracias al textil. Desde luego, a nadie le cabe la menor duda de que ha sido y seguirá siendo una de las actividades más rentables de todas cuantas hay en el interior de nuestras fronteras. Y está claro que ese es un argumento lo suficientemente fuerte como para captar la atención de una cantidad ingente de personas que buscan ganarse la vida de algún modo.
Una estadística publicada por la página web Statista informaba del volumen de negocio de este sector y nos concretaba lo que os comentábamos en el párrafo anterior. En el año 2012, ese volumen era de unos 5.040 millones de euros. Cinco años después, esa cifra era de 5.900 millones. Se trata de un aumento considerable y que respondía a la salida de nuestro país de esa crisis económica que nos había estado jorobando la vida desde el año 2008. Esa tendencia al alza, por cierto, se ha ido acrecentando durante el año 2018, que estaba por llegar cuando fue publicada esta estadística.
Lo que respecta al año 2019 nos lo comentaba el portal web Modaes, que aseguraba que el montante de facturación del sector textil español había alcanzado los 5.800 millones de euros. Los volúmenes de facturación son muy grandes y no cabe la menor duda de que es necesario mantenerlos para que la contribución de esta actividad al PIB, ahora más que nunca dadas las circunstancias en las que nos movemos, se mantengan y no decrezcan en absoluto. Es evidente que esto sería clave para la recuperación económica que tanto necesita este país y para la que tanta gente está trabajando.
El sector textil, uno de los más importantes de la economía española, ha tenido una buena oportunidad para volver a ser portada de todos los periódicos. Las empresas del sector que se adelantaran a la producción de mascarillas han encontrado una muy buena rentabilidad durante todos estos meses y han sido no solo noticia por el gran volumen de facturación de estos artículos, sino también por la buena imagen que eso les ha permitido demostrar en lo que respecta a responsabilidad social. Desde Catalinos, indican que eso está detrás del aumento de la confianza que demuestra tener la gente en el textil español.
Prepararse bien para el otoño es ahora la prioridad
Pero no solo las mascarillas constituyen la prioridad de la gente en materia textil. Tenemos que ir preparando todo lo que tiene que ver con la llegada del frío. Y este año más que nunca teniendo en cuenta que la situación sanitaria todavía no es la que hubiésemos deseado. La ropa es un elemento fundamental para intentar prevenir cualquier tipo de resfriado y es evidente que esa es una prioridad absoluta de cara a los momentos en los que nos movemos. Y lo es, además, para todas y cada una de las personas que componen esta sociedad con independencia de que sean niños, adultos o ancianos.
La ropa bien podría ser considerada como un elemento de protección más en la situación actual. Es evidente que no hay que olvidarse de elementos como la mascarilla, pero complementarlos de algún modo para garantizar nuestra seguridad siempre será una decisión inteligente y muy adecuada para tratar de evitar que cualquier bacteria o virus amenace nuestra salud y la de todas aquellas personas de nuestro alrededor. Esta es una recomendación que vale su peso en oro y que no podemos olvidar en ningún momento ahora que septiembre llama a nuestra puerta.
Estamos en un momento en el que nos hemos dado cuenta de que lo más importante de todo es, sin que haya ninguna duda, nuestra salud. Nadie se atreve a decir lo contrario y todo el mundo trata de prepararse para evitar esa oleada de contagios que pueden existir durante el verano. La ropa puede ser una aliada en este sentido. Nunca tendrá el mismo efecto que el de una mascarilla, pero está claro que ayudará a prevenir resfriados que debiliten nuestras defensas y que dejen a nuestro cuerpo a merced del coronavirus. Esa sería una situación bastante peligrosa para todos y hay que tratar de minimizar sus efectos en la medida de lo que sea posible. Solo así recuperaremos la vieja normalidad.