Hay muchas cosas que deben ser trabajadas para consagrar a nuestra empresa entre las mejores de nuestro sector. Por un lado, es evidente que es fundamental que nuestros productos o los servicios que ofrecemos realmente sean de utilidad para la gente y que sean de la máxima calidad posible. Eso por descontado. Pero hay algo más que no se nos puede olvidar si queremos que la gente sea consciente de esto: la publicidad. Y es que no nos sirve de nada disponer de productos de primera calidad si luego no somos capaces de comunicar a nuestra clientela potencial que los pueden adquirir gracias a nosotros.
La publicidad es la base de la expansión de una marca y de todos los productos o servicios que se encarga de comercializar. Por eso, ninguna empresa en su sano juicio renuncia a desarrollar estrategias de publicidad. Pueden estar enfocadas de una u otra manera, poner el foco en lo tradicional o en lo digital. Pero es publicidad al fin y al cabo. Todo lo que sea promocionarnos de cara al exterior tiene una gran importancia a la hora de ir construyendo el avance que la entidad debe seguir.
La importancia de la publicidad en un país como el nuestro se ejemplifica con la inversión de las empresas nacionales en este campo, que en el año 2019 era superior a los 13.145 millones de euros. Es algo que mostraba una evolución positiva a este respecto puesto que, ocho años atrás, ese mismo registro era de poco más de 12.000 millones. Y si, además, tenemos en cuenta que durante los años 2012 y 2013 la inversión de la que hablamos no llegó a los 11.000 millones, más se evidencia el cambio de tendencia al que nos venimos refiriendo.
La página web de Indexbook hacía referencia a las empresas que más dinero invierten en publicidad cada año en un país como España. El Corte Inglés, Orange o Procter&Gamble son las que se encargan de copar las tres primeras posiciones. Y los resultados de sus campañas son más que satisfactorios, porque todo el mundo conoce a qué se dedica cada una de ellas. Está claro que la publicidad es de una importancia sideral en los tiempos que corren y que lo que os acabamos de comentar deja claro que las estrategias publicitarias del presente son de lo más efectivas.
Para tener éxito empresarial, la clave reside en la anticipación, como ya os hemos comentado en tantas otras cosas. Normalmente, al hablar de ella, solo se suele tener en cuenta lo que tiene que ver con los productos o servicios que comercializamos. Sin embargo, la anticipación también debe residir en la publicidad que emitimos para promocionarlos. No solo debemos ser los primeros en tener algo, sino que también tenemos que ser los primeros en decir que lo tenemos. En esa guerra se encuentra una buena cantidad de empresas en los tiempos que corren. Es lo que nos dicen los profesionales de Algrama.
Todos los modelos de publicidad pueden ayudarnos a cumplir con nuestros propósitos
Hay muchísimas maneras de hacer publicidad. Cada empresa tiene su propia manera de emitir sus mensajes publicitarios y sus estrategias. Desde luego, a nadie le cabe la menor duda de que cada una de estas entidades sigue los pasos que más rentabilidad entiende que le va a proporcionar. Y es que una estrategia de publicidad en concreto puede resultar muy útil para una empresa, pero puede ser insuficiente para otra. Todo depende de cuáles sean los objetivos, la inversión realizada y la naturaleza de la campaña que se está sacando a la calle.
Por todo lo anterior, podemos decir que tanto el marketing digital como la publicidad más tradicional pueden ser de utilidad para una gran cantidad de empresas en pleno año 2021. Tirar de estereotipos y decir que el marketing digital es lo único en lo que se debe trabajar no está bien, porque cada caso es singular y es posible que una entidad en concreto tenga un público objetivo que no sea nativo digital y que tampoco pretenda serlo. Desde luego, lo que sí es necesario para cada empresa es hacer un análisis previo de lo que se espera conseguir y de los puntos fuertes de cada estrategia que tenga pensado seguir.
En definitiva, la publicidad hay que trabajarla y adaptarla a lo que queremos para que dé exactamente los resultados que esperamos. No es un trabajo fácil porque presenta múltiples formatos, medidas y maneras de actuar, pero lo cierto es que su utilidad es tremenda y que, precisamente por eso, la inmensa mayoría de las empresas de la Tierra la abrazan, con independencia de si son grandes compañías o pequeños negocios familiares. El objetivo es que encuentren el camino a la rentabilidad.